Crecen en el árbol de karité, considerado sagrado, y por esa
razón no se recogen más que los que caen en el suelo, nunca de sus ramas.
La mejor calidad proviene de los árboles de Burkina Faso,
Costa de Marfil, Malí y Sudán. No huele ni sabe a nada y
es un emoliente fantástico para la piel. Emoliente quiere decir suavizante,
reparador, antigrietas de la piel, devuelve la elasticidad a las pieles secas
en un tiempo récord. Es hidratante y, por su grasa, actúa de forma antideshidratante.
Una de las propiedades más útiles es su gran poder de regeneración: la
piel estropeada renace.
Manteca de karité. Labios, nariz y cuerpo.
Es muy útil para tratamientos de labios resecos por el frío. Les aporta brillo y volumen. También, cuando la nariz se torna roja o se descama por efecto de los pañuelos tras un resfriado o alergias. La manteca de karité aporta un efecto de seda a la piel.La puedes encontrar en variadas de creaciones de Kimkëlen Cosmética Vegana tales como:
Bálsamos labiales, herbodesodorantes, cremas corporales, cremas faciales, ceras de dreadlocks, cremas de peinar, mantecas para manos resecas y agrietadas, ungüentos medicinales, perfumes sólidos, entre otros..
Vén! te invitamos a conocernos!
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