El aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas de color rojo intenso, del rosal silvestre, arbusto que crece en los valles fríos de los Andes del sur.
Este rosal silvestre es conocido como "Rosa Mosqueta" y por los científicos como Rosa rubiginosa affinis. Tiene propiedades curativas y cosméticas que fueron un secreto bien guardado por los pueblos originarios de los Andes del Sur durante siglos.
Los beneficios de este aceite son el alto contenido en ácidos grasos esenciales poliinsaturados: Linolénico 28-34% y linoleico 44-49%, estos ácidos grasos están directamente relacionados con la síntesis del colágeno. En la zona de nuestro rostro resultan estos ácidos ser sustancias nobles, indispensables en nuestro rostro con altos índices de proliferación de células nuevas.
Este aceite, rico como hemos mencionado en ácidos grasos, acelera el ritmo de regeneración y reparación. De hecho es el regenerador de la piel más potente que se conoce.
De ahí que cada vez más cirujanos lo empleen para tratar la piel tras una cirugía o en casos de quemaduras, cicatrices, estrías, úlceras por decúbito, arrugas y cualquier condición en que la piel necesite regenerarse. Por ejemplo, se ha comprobado que ayuda a reparar las pieles dañadas por quemaduras de primer y segundo grado, las provocadas por el sol e, incluso, las quemaduras por radiación.
Proporciona excelentes resultados en caso que nuestra piel necesite regenerarse de una manera eficaz y rápida.
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